Viaje al pasado y directo a la Edad Media. Caboalles de Abajo retrocedió, nada más y nada menos, que hasta 1270 para conmemorar un hecho histórico: la libertad del valle de Laciana. Aquel 24 de marzo cuando el rey Alfonso X “El Sabio” concedió la Carta Puebla a los “omes buenos” de la comarca.
Y Caboalles estuvo a la altura, porque un año más y de la mano de la asociación INCULCA y el grupo cultural, el medievo se apoderó del pueblo. Calles y balcones engalanados para la ocasión. Grandes y pequeños ataviados con trajes medievales, exhibición de campaneros, campamento medieval infantil, taller de teatro y taller de artesanos, espectáculo de cetrería, visita guiada por el patrimonio del pueblo…Toda una jornada festiva que disfrutaron vecinos y visitantes.
El culmen del programa conmemorativo fue, sin lugar a dudas, el desfile con escenificación itinerante, dividido en tres actos, a cargo del grupo ‘Amigos del Día del Valle de la Libertad’. Una vistosa representación a la que no faltó la banda de cornetas y tambores de la cofradía del Cristo de los Mineros de Caboalles de Abajo, el estandarte de Laciana, el estandarte de León, la pendoneta de Villager, los pendones de Orallo, Caboalles de Arriba, Robles y Caboalles de Abajo y la Hermandad de la Grichándana Dorada. Cada una de las pedanías de la comarca también estuvo representada por los banderines, que con mucha maestría, portaron niños lacianiegos.
La asamblea fue el primero de los actos de la escenificación teatralizada. En las inmediaciones de la iglesia vieja, suenan las campanas. Anuncian concejo. A las afueras del templo se van concentrando los nobles. Se han reunido campesinos, ganaderos, el herrero, artesanos… sus mujeres les acompañan. Hablan en corrillo, mostrando su enfado por los abusos del Adelantado Mayor de Galicia, que actúa como dueño de la comarca de Laciana.
A puerta cerrada, se reúnen en asamblea tomando la decisión de dirigirse a Burgos y solicitar una audiencia con el Rey, para pedir su ayuda contra el Adelantado Mayor de Galicia. Le suplicarán que les conceda un fuero, una Carta Puebla, además de la realización del mercado semanal, que supondrá una gran mejora económica para todo el pueblo.
Así fue cómo al día siguiente, y sin demora, la comitiva de hombres buenos de Laciana se dirigió a Burgos, donde sabían que encontrarían a su soberano. Quieren reclamar justicia para el valle y para todos los lacianiegos. En este momento el pueblo se reúne en torno al pendón de Caboalles, para homenajearlo como símbolo de identidad. Un grupo de fieles le recitan un elogio. Se trata de un poema compuesto por el profesor José Ramón Múñiz.
El segundo acto, en el entorno del barrio La Leorna, pone en escena el encuentro entre el rey Alfonso X ‘El Sabio’ y los hombres buenos de Laciana, acompañados por la viuda Doña Constanza. El rey, su séquito de guardia y los tambores llegan procedentes del barrio de la Barcelonesa. “Mi rey vengo a demandar justicia para las gentes de Laciana que desde siempre dieron su sangre por vos y vuestros antepasados”, exclamó doña Constanza, quien uno a uno presenta a los omes buenos que viajaron junto a ella hasta Burgos. “Los acompaño para demandar vuestra justicia, para no sufrir más los desemanes del Adelantado Mayor de Galicia”, reclamó la viuda.
“Se os hará justicia cuando sea desposado mi hijo el príncipe de Castilla con doña Blanca, hija del rey de Francia Luis IX, y una vez pasadas las festividades de Navidad os haremos saber nuestra real decisión“, anunció el rey. El pueblo se dispone a esperar pacientemente que se resuelvan sus problemas mientras festeja la boda del príncipe con música y danzas medievales a cargo del grupo Xaleu y de las gaiteras Victoria Cabo y Rocío Cabo.
Y por fin se acerca el momento más esperado, el tercer acto, la entrega de la Carta Puebla. En la Corte -casa Argüelles-. Alfonso X El Sabio concretará cómo se regirá el valle a partir del 24 de marzo de 1270.
“A los omes de la tierra de Laciana, nos, por les facer bien o merced e porque la tierra sea mejor poblada e se mantenga más en justicia, dámosles e otorgámosles todos los nuestros realengos e todos los nuestros derechos que avemos e debemos aver en esta tierra sobredicha e que los hayan libres e quitos para siempre jamás”. Así reza el escrito que el canciller entrega a la comitiva lacianiega en el que también se otorga al valle “que fagan mercado cada semana en día de martes y el fuero de Benavente para que se juzguen“.
Doña Constanza finaliza el acto con el agradecimiento al rey “en nombre de nuestros hijos y de todo un pueblo que nunca olvidará este día”. Es el momento en el que se muestra la Carta Puebla a todos los asistentes bajo los vítores de ¡Viva nuestro rey Alfonso!. La cantiga medieval, a cargo del grupo Xaleu, pone fin a la escenificación.
El colofón final de la fiesta fue la cena medieval, que contó con un mantenedor de excepción, el pintor y muralista lacianiego-babiano Manuel Sierra. Todo para celebrar que la comarca siempre será el valle de la Libertad.
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La Grichándana dorada
En la capilla de San Roque se impusieron las grichándanas doradas, medallas hechas en acero, a los lacianiegos más destacados del año en el ámbito cultural, deportivo, empresarial y sanitario. Y han sido muchos.
Carmen Marentes, por su contribución a la divulgación y protección del patrimonio cultural de Laciana, la Fundación Sierra Pambley, por su buen hacer en aras de la educación, la asociación ‘Laciana con los 5 sentidos’, por su labor y lucha para que la comarca sea un lugar inclusivo, el Memorial ‘Pozo María’, por su labor deportiva y de visibilidad al valle, la Marcha Blanca, por su defensa a la Sanidad del municipio, los sanitarios del valle, por su esfuerzo y dedicación durante la pandemia, María José Salgado -propietaria de la farmacia de Caboalles de Abajo-, por su apuesta por el pueblo, a los jóvenes empresarios Jennifer Alarcón, Coral Rodríguez y Guillermo Flórez, por apostar por el valle, Javier Ares, por su reciente premio de Investigación sobre sistemas de almacenamiento de energía, Joaquín Martínez, por conseguir el premio extraordinario, de la Universidad de León, al mejor expediente académico en las asignaturas obligatorias de Derecho Procesal en el Grado en Derecho, Alba Rodil y Juan Luis Peláez, ambos por la obtención de la Beca Amancio Ortega, Rocío Luis, por su galardón en los Premios Extraordinarios de Formación Profesional, Chema Arce, por su trayectoria en la práctica del trial, Irene Martínez, por alcanzar el primer premio de su categoría en el concurso de acordeón ‘Aris del Puerto’, los nuevos miembros de la banda de tambores y de la hermandad de la Grichándana Dorada, por su implicación en el Día del Valle de la Libertad y la asociación Amigos del Camino de Santiago de León.
Además, también se impuso la medalla a la Fundación Álvarez Carballo, a la casa Argüelles y a la casa Boto, por su colaboración con el acto, y a todos los niños que llevaron los banderines en representación de cada uno de los pueblos de Laciana.