Grupos conservacionistas denuncian la grave amenaza que suponen los vallados de alambre para el urogallo

Filón Verde y Geotrupes advierten de la aparición de muchas plumas de urogallo bajo un vallado debido a la más que probable colisión del animal
Filón Verde y Geotrupes advierten de la aparición, el pasado 24 de mayo, de muchas plumas de urogallo bajo un vallado debido a la más que probable colisión del animal. / Foto Filón Verde

Los colectivos conservacionistas Filón VerdeGeotrupes han emitido una nota de prensa en la que denuncian la grave amenaza que suponen los vallados ganaderos para el urogallo cantábrico. Decenas de kilómetros de vallados de alambre atraviesan los últimos territorios del urogallo cantábrico en la comarca de Laciana y en sus límites con los montes asturianos de Degaña y Cangas del Narcea, sostienen.

En el escrito manifiestan que hace unos días, concretamente el pasado 24 de mayo, «se encontraron restos de un macho de urogallo bajo uno de esos vallados». Un montón de plumas indica que «muy probablemente se produjo una colisión contra los alambres» aunque en estos casos «los carnívoros suelen llevarse el cadáver con rapidez y eso dificulta que pueda ser encontrado». Este hecho ha sido denunciado por la asociación Filón Verde ante la Guardería del Medio Natural y el SEPRONA. 

Según estudios desarrollados en Escocia, explica el comunicado, este tipo de vallados supone una importante causa de mortalidad para el urogallo, «habiéndose estimado pérdidas de hasta un 30% de la población cada año». Entre las conclusiones de esos estudios destaca la importancia de no instalar este tipo de cerramientos en las zonas de reproducción de la especie, y de marcar visualmente aquellos ubicados en su hábitat, pero lejos de estas zonas. «El marcaje debe realizarse con algún sistema cuya eficacia haya sido evaluada y verificada, ya que de lo contrario no se puede garantizar que cumpla su función», afirman ambos colectivos.

Esta amenaza llevó a Filón Verde a solicitar a la Junta de Castilla y León la retirada de estos vallados de alambre o su sustitución por otros de madera, hace ya más de cinco años, si bien es cierto, y tal y como aseguran dichas asociaciones conservacionistas, «lejos de responder a esa solicitud la situación ha empeorado» ya que «la longitud de las alambradas ha aumentado y se han reparado las más antiguas».

Algunos de los vallados fueron marcados hace unos años como parte de las actuaciones del programa LIFE, pero como Filón Verde indicó en su día a la Junta, el sistema utilizado no es apropiado, por lo que no cumple su función. Además, han podido comprobar sobre el terreno como las marcas se caen al suelo en poco tiempo.

Gran parte de las zonas de reproducción donde sobreviven los últimos urogallos están ahora atravesadas por estos vallados, aseguran en la nota de prensa emitida en la que ponen de manifiesto también el hecho de que al no realizarse prospecciones «no se tiene ni idea de cuántas aves mueren cada año, y sólo un hallazgo fortuito como el ocurrido recientemente puede poner en evidencia el problema».

Además, califican de «paradójico e incompresible» que a lo largo de la última década se hayan destinado a la gestión del hábitat del urogallo varios millones de euros de fondos públicos. «Sin embargo, ese dinero no se ha empleado en corregir problemas bien conocidos como éste, sino que se ha gastado en abrir claros en el bosque y rozar la vegetación del sotobosque».

Para terminar, Filón Verde y Geotrupes advierten que, de no revertirse la situación, «la especie desaparecerá de estas montañas sin que se haya llegado siquiera a poner en marcha un plan de recuperación fundamentado».

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