El pueblo de Villager de Laciana, vivió este fin de semana una emotiva jornada para celebrar el centenario de Cesárea, una de sus vecinas más queridas. “Es tan buena y tan amable, que cuando éramos más pequeños siempre nos daba rosquillas al vernos por la calle”, confesaba a este medio de comunicación una vecina de la pedanía.
El acto congregó a numerosos vecinos y vecinas que no quisieron perderse la ocasión de felicitar a Cesárea por sus 100 años de vida. La emoción estuvo presente durante toda la celebración, que combinó momentos de alegría, recuerdos compartidos y palabras de afecto hacia una mujer que ha dejado una huella imborrable en su comunidad.
Cesárea ha sido siempre un pilar en Villager, una persona generosa que se ha volcado con su gente. Quienes la conocen destacan su implicación desinteresada en todo lo que tuviera que ver con ayudar a los demás. Su apoyo fue especialmente valioso para la Asociación de Mujeres de Buenverde en sus inicios, cuando colaboró con ellas en la preparación de repostería tradicional —como rosquillas y retorcidos— que después vendían para autofinanciarse. Durante el acto, las propias integrantes de la asociación quisieron rendirle homenaje elaborando fisuelos, en agradecimiento por todo lo que Cesárea hizo por ellas.
Siempre dedicó su vida a la ganadería, una labor de herencia familiar. En esta línea, compartía una vecina de Villager una anécdota en la que hablaba del enorme respeto con el que Cesárea trataba al pueblo, y entre risas recordaba que “a medida que pasaban sus propias vacas por el camino del pueblo e iban cagando, ella recogía y limpiaba las heces”.
El ambiente fue festivo y cargado de cariño. Se le cantó el cumpleaños feliz, se brindó por su salud y por muchos años más, y no faltaron los aplausos y las sonrisas. La Asociación de Pensionistas Los Velaxios dirigió unas palabras de reconocimiento a su trayectoria vital, subrayando que Cesárea representa los valores de solidaridad, entrega y compromiso que definen a las personas que hacen comunidad.
“Le deseamos salud para seguir cumpliendo años, y que siempre esté rodeada de los suyos y del cariño de todos los vecinos”, expresaron los organizadores del acto, agradeciendo también la implicación de todas las personas y colectivos que hicieron posible la celebración.
Cesárea, con su centenario, se convirtió en el centro de una fiesta sencilla pero profundamente significativa, en la que se celebró mucho más que una cifra: se celebró toda una vida de generosidad y amor por su tierra.