Villablino recupera la luz tras casi 24 horas de apagón: vecinos y comerciantes vuelven a la normalidad

Esta mañana, con el regreso de la electricidad, los negocios han podido retomar la normalidad sin dificultades

La comarca de Laciana ha recuperado por fin el suministro eléctrico tras un apagón que comenzó el lunes a las 12:20 del mediodía y se prolongó hasta las 11:14 de la mañana de este martes. En total, casi 23 horas sin luz, sin teléfono y sin conexión a internet en la mayor parte de la zona. Aunque gran parte de Castilla y León comenzó a recuperar el servicio eléctrico en la tarde del lunes, Laciana fue junto con algunas zonas de El Bierzo, de los últimos municipios de la comunidad en volver a la normalidad, según ha confirmado algunos medios de comunicación y fuentes oficiales.

Durante todo ese tiempo, la vida en la capital de Laciana quedó prácticamente paralizada. Comercios, pequeños negocios y servicios básicos se vieron forzados a cerrar o a suspender su actividad. Esta mañana, con el regreso de la electricidad, algunos de ellos han podido retomar la normalidad sin dificultades.

Las peluquerías, por ejemplo, han vuelto a recibir a los clientes que habían tenido que cancelar sus citas durante la jornada del lunes. “Ayer tuvimos que cerrar todo el día. Hoy estamos atendiendo a esos clientes para recuperar el tiempo”, contaba una propietaria de una peluquería en la Avenida de la Constitución de Villablino.

También los supermercados reabrieron sus puertas esta mañana, aunque algunos productos refrigerados tuvieron que ser retirados debido a la falta de conservación durante el apagón. No supuso una gran pérdida de productos, pero sí de rentabilidad económica. “Teníamos un generador que nos proporcionó la energía para las neveras y los congeladores, sino se hubiera estropeado alguno producto”, explicó la encargada de un pequeño supermercado local en Caboalles de Abajo. “Íbamos apuntando, y haciendo las cuentas a mano, eso sí, la máquina registradora no fusionaba”, puntualizaba.

Otro servicio afectado fue el reparto de pan a domicilio, una tradición muy arraigada en la comarca y de vital importancia para personas mayores o con movilidad reducida. Esta mañana, algunas panaderías no pudieron reactivar sus rutas habituales al no tener electricidad para los hornos. “Ayer ni siquiera pudimos amasar”, explicó una panadera de la comarca.

Las estaciones de servicio también se vieron gravemente afectadas. Hasta esta mañana, muchas de ellas no pudieron reiniciar sus sistemas de cobro, y lo más importante: los surtidores. La imposibilidad de pagar con tarjeta o acceder a combustible generó importantes inconvenientes para transportistas y vecinos que dependen del coche para desplazarse entre localidades, provocando esta mañana una cola de vehículos en las inmediaciones del polígono de Villager.

Pero más allá de la afectación económica, el apagón ha generado preocupación y miedo entre la población más vulnerable. “Yo vivo sola y soy diabética. Pasé la noche sin poder usar la nevera ni calentar comida. Estaba asustada, porque si me pasaba algo no podía ni llamar a nadie”, relató una vecina de la capital lacianiega. “Nunca me había sentido tan aislada. No podía avisar a mi hija ni encender una estufa”, añadió visiblemente afectada.

La situación ha reabierto un debate muy incómodo en la comarca: Villablino, cuna de la minería del carbón, que durante décadas abasteció de energía a toda España, hoy se encuentra entre los últimos en recuperar un servicio esencial. La paradoja no ha pasado desapercibida para muchos vecinos. “Dimos luz a medio país y ahora somos los últimos en tenerla. Es una falta de respeto”, comentaba indignado un vecino en redes sociales. Sin embargo, parece haber un motivo concluyente al respecto. La tardanza en el suministro eléctrico se debió a que Unión Fenosa, es decir la distribuidora de electricidad del Grupo Naturgy, no pudo comunicarse con la distribuidora local, La Prohida.

En otro orden, y siguiendo con la indignación de los residentes, se han solicitado “explicaciones claras a las compañías eléctricas sobre las causas del apagón”, así como medidas para reforzar el sistema en zonas rurales. Por ahora, Villablino trata de recuperar la normalidad. Pero el susto, la incertidumbre y las pérdidas económicas seguirán presentes en el ánimo de la comarca.

“Recuperamos los calechos”

Sin embargo, el corte eléctrico también favoreció la realización de actividades poco habituales en estos tiempo digitales. Sin móviles, sin televisión y sin internet, muchos vecinos y vecinas salieron a la calle, hablaron entre ellos y compartieron el momento de incertidumbre. “Se recuperaron los calechos”, comentaba una vecina con una enorme sonrisa. En bancos, portales de las casas y plazas, se veían grupos charlando, incluso compartiendo termos de cafés.

“Nos sentamos en la calles, sacamos una botella de vino y estuvimos hablando como hacía años que no hacíamos. Al final, no todo fue malo” decía un vecino de Villaseca de Laciana con tono irónico.

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