La actividad, pensada para todas las edades, comenzó a las 19:00 horas con un paseo temático guiado por la Bruxa de Muniellos y la artista Alba Menéndez, que invitaron al público a sumergirse en un universo mágico inspirado en las antiguas creencias y costumbres de la comarca. Durante la caminata, los participantes recolectaron flores silvestres, realizaron una ofrenda simbólica en la fuente de San Juan y avanzaron en comitiva hasta la hoguera al ritmo de panderetas y canciones tradicionales. Fue una tarde llena de espiritualidad y juego, donde las nuevas generaciones pudieron vivir una experiencia que conecta directamente con el alma de Laciana.
Durante el paseo engalanaron el lavadero de San Juan, un espacio emblemático del pueblo que recuperó su brillo gracias al trabajo colectivo: ramas de sauces, flores frescas, cintas de colores y detalles simbólicos decoraron el entorno, evocando ritos ancestrales vinculados a la purificación y la fertilidad. “Es emocionante ver cómo se mantiene viva esta conexión con la tierra, con el agua y con la comunidad”, comentaba una de las organizadoras.
Entre los asistentes al paseo, un joven matrimonio con un bebé recién nacido compartía su entusiasmo: “Llevamos un mes viviendo aquí y no podríamos estar más contentos. Este tipo de actividades no solo dan vida al pueblo, sino que también refuerzan el sentimiento de pertenencia”.
La fiesta continuó por la noche con una parrillada popular a partir de las 22:00 horas, para la que era necesario reservar plaza previamente. Diversas personas compartieron espacio, conversación y productos locales, en una cena al aire libre marcada por el buen ambiente. A las 23:00, el músico Nacho OldString ofreció un concierto íntimo, en el que interpretó temas propios y versiones que acompañaron con calma y emoción la espera hasta el momento más esperado: el encendido de la gran hoguera, que tuvo lugar a las 00:00 en punto. Las llamas se alzaron en el cielo estrellado, entre aplausos y miradas cómplices, en un gesto cargado de simbolismo que celebra el solsticio de verano y el poder del fuego como elemento purificador.
Para cerrar la noche, la Asociación Buenverde ofreció una merienda popular a base de chocolate caliente y fisuelos, los tradicionales dulces de sartén que no pueden faltar en ninguna celebración lacianiega. Fue el broche perfecto a una jornada que aunó memoria y presente, comunidad y naturaleza, fiesta y reflexión.
La cita, organizada por la Junta Vecinal de Sosas de Laciana (Sousas de Tsaciana), el proyecto Camminus y Ayuntamiento de Villablino, demuestra que la recuperación de las tradiciones no solo es posible, sino necesaria para fortalecer el tejido social, atraer nuevas vecinas y vecinos, y mantener vivo el latido cultural del medio rural. “Este tipo de eventos hacen que el pueblo brille y que los que estamos aquí, y también los que vuelven, se sientan orgullosos de nuestras raíces”, resumía una vecina emocionada al calor de la hoguera. Gustavo Sabugo, alcalde de la pedanía, nos decía desde lo alto del tractor que “Sosas ha vuelto a demostrar que la magia, cuando se cuida, no se pierde”.