En Laciana, como en muchas otras regiones, el Día de Todos los Santos es una ocasión de recuerdo y homenaje a los seres queridos fallecidos. Este día, el 1 de noviembre, se llena de tradiciones que mezclan lo religioso con lo cultural y el respeto por los antepasados. Familias de la comarca acuden a los cementerios para arreglar las tumbas de sus seres queridos, adornándolas con flores frescas, especialmente crisantemos, símbolo clásico de la festividad.
La tradición de llevar flores tiene raíces antiguas y se remonta a varias civilizaciones y épocas, sin embargo su origen exacto no es totalmente claro. Se cree que el acto de ofrecer flores a los muertos comenzó en la Antigüedad, como una manera de honrar y mostrar respeto a los difuntos. En el Imperio Romano, las personas ya dejaban flores en las tumbas durante ciertas festividades, como las Parentalia, una semana dedicada a la memoria y recuerdo de los ancestros. Sin embargo, más lejano en el tiempo, los antiguos egipcios también colocaban flores en las tumbas como símbolo de vida. Aunque la práctica de llevar flores a las tumbas no es tan extendida ni tiene el mismo simbolismo que en Occidente, el algunas regiones africanas y asiáticas las flores y plantas tienen un papel importante en los rituales de muerte, memoria, incluso tienen la intención de alejar los malos espíritus.
El hecho de entregar motivos florares, es sin lugar a dudas, una tradición extendida en el tiempo y consolidada en muchas culturas. En Laciana además de los actos en los cementeros también se mantienen la celebraciones de misas especiales en honor a los difuntos, pues con el tiempo, esta práctica fue adoptada en el mundo cristiano, y concretamente en el Día de Todos los Santos.
En años recientes, en la comarca de Laciana, la tradición de Samhain se ha unido a las costumbres de estas costumbres, especialmente entre los jóvenes. Aunque bien es cierto, que las familias de Laciana mantienen con cariño las costumbres tradicionales, recordando que estos días son sobre todo una oportunidad para honrar la memoria de los que ya no están, en un ambiente de reconocimiento y absoluto respeto.