Este año, la festividad cobró un significado especial, ya que la nieve cubría las calles y tejados, transformando el pueblo en un escenario mágico y sereno. Con una vela en la mano, nos adentramos en la noche nevada, siguiendo el rastro de luz que guiaba a los vecinos y visitantes hacia las diferentes actividades organizadas. Entre ellas, destacó la visita a las dos lecherías del pueblo, lugares que, bajo el manto blanco de la nieve, parecían sacados de un cuento.
La primera lechería denominada “La Armonía”, situada en la entrada del pueblo, tenía en su interior utensilios, herramientas, documentos y maquinaria del siglo XX. Con tan solo la iluminación que proporcionaba la vela, se iluminaban las estanterías colmadas del paso del tiempo, y acompañados de la voz de la presidenta de la Asociación Cultural Amigos de Sierra Pambley, Lidia de la Villa, se hizo un breve recorrido por los procesos de elaboración de la mantequilla, y un acercamiento a la historia de la marca “Los Mellizos”. Dicha marca, supuso un hito para la elaboración de la leche condensada. Según narran en los registros que atesora la lechería, se decía de este producto que “está elaborado exclusivamente con leche pura de vaca de las montañas de León. Es la marca más rica en crema, siendo indiscutible este hecho por ser de todos sabido que las leches de vaca de las montañas de León son las que poseen la máxima abundancia en crema”.
La otra parada fue la segunda lechería, conocida como la “Lechería de Cesáreo“. Un lugar que pudo ser restaurado gracias al programa de campos de voluntariado de la dedicados a la restauración y rehabilitación de arquitectura tradicional. Ambas lecherías, con sus respectivas cooperativas, son memoria patrimonial y testigo de la fabricación de manteca durante el siglo XX en Rabanal de Arriba. Cabe puntualizar, que tanto la Lechería de Cesáreo, como la Lechería La Armonía estuvieron muy vinculadas a las enseñanzas útiles de la Escuela Sierra Pambley, bajo la influencia de los métodos educativos prácticos de la Institución Libre de Enseñanza, que buscaban la racionalidad y la eficacia, y como no podía ser de otra manera, muy vinculadas a las Mantequerías Leonesas, colaborando materialmente en la fábrica y comercialización de forma completamente innovadora.
La nieve seguía cayendo, pero el ambiente dentro de la lechería era cálido y lleno de vida, con vecinos compartiendo historias y risas. La experiencia de recorrer estas dos lecherías bajo la nieve, con una vela en la mano, fue verdaderamente única. No solo permitió conocer más sobre las tradiciones y el trabajo duro de los habitantes de Rabanal de Arriba, sino que también conectó con la esencia de la Festividad de las Candelas: la luz que guía, la comunidad que se une y la magia de las tradiciones que perduran en el tiempo.
Rabanal de Arriba, con su nieve, sus velas y sus lecherías, fue escenario de una tarde inolvidable, llena de luz, sabor y calidez humana. La jornada culminó con una abundante mesa de comida. Rosquillas, fixuelos, pataxios, chocolate, empanada, refrescos, y muchas más. Todo además, acompañado con el son de una gaita y un acordeón.