Patrimonio industrial, minería, literatura, clase obrera, música, tsingua… el pasado sábado el Pozo María, de Caboalles de Abajo, fue el escenario elegido para celebrar la Feria del Libro, convirtiéndose en una jornada de aprendizaje, reivindicación y memoria en comunidad, apunta la nota de prensa enviada desde el Ayuntamiento de Villablino.
Durante todo el día las casetas, con editoriales, proyectos literarios y una asociación lacianiega, estuvieron abiertas para la adquisición de libros de toda índole, “pero sobre todo aquellos enfocados a la lucha obrera y a la identidad lacianiega”.
Vecinos y visitantes disfrutaron también de la barra de la asociación Cultural y Minera MSP, del foodtruck de Wild Somiedo, que normalmente solo se puede encontrar en el Alto de la Farrapona, y los fisuelos con chocolate de la asociación de mujeres ‘Buen Verde’.
Por la mañana, la visita por el Pozo María con la asociación Minero-Cultural MSP estuvo, otro año más, pasada por agua, “pero eso no impidió que los visitantes pudieran aprender de la historia de la mina en nuestro valle”, además de escuchar la sirena del Pozo dando el pistoletazo de salida a la feria.
A continuación la presentación del libro ‘Los Rotos’ por parte de su autor, Antonio Maestre, fue todo un éxito, y a pesar de la lluvia y el frío, reunió a decenas de lacianiegos y visitantes.
La conversación giró en torno a la clase obrera, las similitudes entre las vivencias del mismo estrato social sin depender de su territorio y “la necesidad de dejar la rivalidad a un lado y concentrar las energías en construir comunidad para que las reivindicaciones recorran un mismo camino”.
Maestre, que ejerce como periodista y analista de actualidad y política en diversos medios (como La Sexta, El País, eldiario.es o La Marea) estuvo acompañado por la periodista cultural, la lacianiega Mónica Franco, su interlocutora en la presentación.
Mientras la gente compraba libros y pedía la firma del autor, ‘Los Fuérganos’ animaron el ambiente con su música popular y tradicional.
Por la tarde tuvo lugar el encuentro ‘El legado del carbón’ que comenzó con el relato de anécdotas personales y recuerdos de la mina de los cuatro participantes, “y a partir de ese momento el sentimiento de unión y de colaboración estuvo presente durante toda la actividad”, matiza el escrito emitido por el Consistorio.
El escritor Abel Aparicio, aportó una perspectiva de narrador en todo el proceso del cierre de la minería “que englobó la visión de todos los ajenos al sector”. Rocio Antela, militante feminista, minera e ingeniera técnica en la empresa pública del carbón de Asturias, dio una visión muy positiva sobre como la cultura de la mina debe ser preservada y aplicada en otros ámbitos, muy especialmente en el de la cultura.
Mario Rivas, minero, y alcalde del municipio de Villablino, aportó la visión desde dentro de ACOM (Asociación de Comarcas Mineras – Municipios en Transición Justa), “una perspectiva más institucional que demuestra que la asociación entre distintas cuencas mineras es posible desde muchos ámbitos”. Zana, minero, ex-alcalde del Ayuntamiento de Pola de Gordón y escritor, compartió la reflexión de sus compañeros y además, quiso recalcar el papel de la mujer en toda la historia de la lucha minera, como pilar y eje fundamental sobre el que rotaban las jornadas de lucha y de huelga.
Como final del encuentro, todos ellos se mostraron de acuerdo en la necesidad de “estar aún más unidos, de volver a juntar fuerzas de acción entre las distintas cuencas mineras y apoyarse entre territorios como siempre se hizo”.
El programa de Radio Laciana ‘Cousas de Nuesu’, con Guadalupe Lorenzana y Blanca Berdasco, se emitió en directo y giró en torno al papel de la mujer en la historia de Laciana, coincidiendo con la víspera del día de la madre. Para terminar, Pitsaciana DJ amenizó la ultima parte de la jornada.
De nuevo ,el Ayuntamiento de Villablino, a través de su proyecto municipal Camminus demuestra “como la cultura y la colaboración de entidades locales pueden convertir en un gran activo, tanto social, económico y cultural, la identidad lacianiega, nuestra historia y nuestros pozos”.
Además, con un enfoque positivo, como se dijo en el encuentro “una historia sentimental pero no nostálgica” ya que se trata de “construir un futuro rescatando todas aquellas cosas que nos gustan de nuestro pasado”.