La Cultura, como proyecto de futuro

La consolidación del acuerdo de gobierno entre PSOE, UPL y Unidas Podemos es una buena noticia para la gobernabilidad y estabilidad del Ayuntamiento de la capital leonesa. Una muestra de la fortaleza del tripartito ha sido la rápida aprobación del presupuesto municipal. 135,2 millones de euros, una cantidad importante, pero de muy corto recorrido. Casi todo ese dinero ya está gastado de antemano. Para inversiones queda muy poco. Y parte de ese poco lo ha determinado la UPL. Así que todos contentos. La fórmula es muy parecida a la de la pasada legislatura, donde Silván (PP) gobernó con generosa estabilidad gracias a Villarroel (Ciudadanos). La lectura de esos cuatro años es que la rentabilidad electoral la acaparó el PP. ¿Sucederá ahora lo mismo?

Volvamos a los presupuestos. No se podrán hacer maravillas, salvo en un terreno: la Cultura. Será una de las concejalías con más presupuesto que años anteriores. Habrá que esperar a conocer con detalle el plan de acción en materia cultural, pero todo hace indicar que se centrará en el reforzamiento de las señas identitarias de lo leonés.
Precisamente mañana miércoles la Fundación MonteLeón ha organizado un Filandón o mesa de debate precisamente sobre este tema: La Cultura como eje de progreso, de desarrollo económico e identitario. La Cultura como una de las alternativas a la España olvidada y el desarrollo del talento autóctono. Será a las 19:30h en el Palacio del Conde Luna de León e intervendrán tres voces cualificadas: el académico y catedrático Salvador Gutiérrez Ordóñez; el profesor, gestor y ex director general del Libro, Rogelio Blanco; y el director de Arte y Exposiciones del Instituto Leonés de Cultura, Luis Martínez.

Seguramente a lo largo de las conversaciones cruzadas saldrá la propuesta socialista de solicitar para León la Capitalidad de la Cultura Europea 2031. Largo me lo fiais, pero es positivo que alguna vez los políticos planifiquen a largo plazo y se impongan objetivos que puedan marcar el destino de la una ciudad. La Capitalidad Cultural Europa debe suponer la definición del modelo de ciudad del futuro a corto plazo y concentrar recursos en una serie de programas que deben ir mucho más allá del año 2031. Salamanca es un buen ejemplo de cómo se preparó, organizó y se transformó para ser Capital Europea de la Cultura. Todavía viven de las rentas. Fue una especie de presentación de alto nivel ante el mundo. Hace años, León soñó con ser la Capital Europea de las Letras, pero se quedó en una mera propuesta. Una pena.

Al igual que también saldrá a colación la necesidad de redefinir los objetivos y estrategias a medio y largo plazo del Instituto Leonés de Cultura (ILC), organismo autónomo de la Diputación, una institución cuyo principal problema no es el dinero sino como gestionar el gasto y la inversión de forma eficaz para evitar los sangrantes excedentes que se han producido en los últimos años, cuantas tantas son las necesidades de la provincia.

La Cultura –mantengo las mayúsculas- puede ser una herramienta eficaz para combatir los efectos de la España, en este caso, del León olvidado. La Cultura como herramienta de desarrollo económico y de progreso. La Cultura como patrimonio, tradición y arte, pero también como gastronomía, recursos ambientales, paisaje, sostenibilidad e industria.
Hay que esperar a ver si estos buenos propósitos se concretan en los presupuestos de la Diputación para el ejercicio próximo, si el ILC va salir fortalecido y si se va a acabar esa especie de pedrea de la lotería de las subvenciones localistas de los últimos años. No se puede continuar con el amiguismo y, sobre todo, con la enorme tristeza y decadencia con la que se ha gestionado el ILC en años anteriores.

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