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El Ayuntamiento ha resultado ser el adjudicatario de la antigua central térmica de la Minero Siderúrgica de Ponferrada después de haber pujado 3.001 euros por este edificio que se hallaba en subasta pública dentro del proceso de liquidación de los bienes de la mercantil Coto Minero Cantábrico.
Ha sido la oferta del Consistorio la única que se ha presentado al proceso de subasta de la antigua central; un procedimiento que finalizó el pasado 5 de diciembre, si bien en las últimas horas el Ayuntamiento ha sido conocedor de que la parcela de ‘Las Llamas’, de 7.083 metros cuadrados, y el propio inmueble habían pasado a ser propiedad municipal.
Y es que el Consistorio tenía un objetivo muy marcado para estas instalaciones, «garantizar que no cayeran en manos privadas y así poder asegurar un bien que tiene cierta historia dentro del patrimonio industrial minero de la comarca», tal y como ha matizado el primer edil, Mario Rivas.
Aún así el propio regidor ha adelantado que las intervenciones que se llevarán a cabo en el antiguo inmueble «no se ejecutarán a corto plazo». De hecho, el Consistorio intentará buscar la vía de financiación, ya sea a través de la Junta de Castilla y León o de la Diputación provincial, para «poder efectuar, como mínimo, la reparación de la chimenea», ha matizado Rivas. Y es que, perfectamente, se podría dar un aprovechamiento turístico a esta reliquia industrial.
Aún así, el alcalde se ha mostrado muy cauto a la hora de hablar de posibles actuaciones en la antigua central y volvió a recordar que «aparentemente es una zona inundable». Es más, desde el Ayuntamiento ya se ha hecho una consulta a Endesa «para estudiar qué obras se pueden acometer, porque al final la limitación puede ser mayor de lo que esperábamos», precisó Rivas.
Las instalaciones de la antigua central térmica de la MSP de Villablino, que cumplirían un siglo de antigüedad en el año 2031, se encuentran protegidas dentro del Plan General de Ordenación Urbana del Ayuntamiento. Se ubican en el margen del río Sil -próximas a la estación de tren- y llevan abandonadas desde finales de los años sesenta. Su chimenea, de planta circular y construida en ladrillo, supera los cincuenta metros de altura y constituye un claro ejemplo de la arquitectura industrial de la época.
