Fiesta de la manteiga en Sosas de Laciana para rememorar la tradición de antaño

La celebración tendrá lugar el domingo 7 de agosto con visitas durante todo el día a la lechería 'La Popular', mercadillo, taller de costura, juegos tradicionales y el primer certamen 'Sosas Retumbietsa'

Sosas de Laciana celebrará, el domingo 7 de agosto, la tradicional fiesta de la manteiga con la que el pueblo rememora su pasado, porque es precisamente en esta pedanía donde se halla la única lechería hidráulica artesanal que persiste en España: ‘La Popular’. Y en torno a ella girará la conmemoración ya que, durante todo el día, habrá visitas a este elemento etnográfico cada treinta minutos.

La jornada arrancará a las 12:00 con la apertura del mercadillo. Media hora después tendrá lugar el taller de costura. A la misma hora habrá degustación de la recha tsacianiega a cargo de mantequilla ‘La Popular’, para concluir la mañana con baile vermú a cargo de Héctor y Leti -dúo folk tradicional-.

Por la tarde, grandes y pequeños se divertirán con los juegos tradicionales y a las 18:00 horas comenzará el primer certamen ‘Sosas Retumbietsa’, en el que participará el grupo de baile ‘La Payetsa’ -Laciana-, pandereteres de Zarréu -Asturias-, David Álvarez -Omaña- y el grupo de baile ‘Peña Ubiña’ -Babia-. La jornada concluirá con los manjares de la tierra y el baile ofrecido por Albina y su acordeón a partir de las 21:00 horas.

La historia de la lechería

Es la única lechería hidráulica que existe en España. Fue en el año 2014, después de 46 años sin actividad, cuando la Junta Vecinal de Sosas de Laciana, en colaboración con los vecinos, la pone en funcionamiento como museo. ‘La Popular’ se puso en marcha en el año 1920 y estuvo activa hasta 1968. Se formó una cooperativa donde los vecinos entregaban la leche para transformarla en mantequilla.

Esta mantequilla proporcionaba interesantes beneficios a los brañeros asociados en función de la cantidad y la calidad de la leche aportada por cada uno. Durante la primavera y el verano se producían, diariamente, treinta o cuarenta kilos de mantequilla fresca que luego se vendía a Villager. Desde aquí se distribuía por la provincia y llegaba hasta los establecimientos más selectos de Madrid donde era muy apreciada para la pastelería fina.

La energía necesaria para mover la maquinaría de la lechería de Sosas procedía del agua. Un puerto, hoy desaparecido, la derivaba desde el río hacia una presa o canal por donde se dejaba caer con fuerza sobre el rodezno -rueda hidráulica que accionaba el resto de los aparatos mediante poleas y correas-. La lechería incorporó así ingenios hidráulicos en un proceso a medio camino entre lo artesanal y lo industrial.

En el proceso de elaboración de la mantequilla se utilizaba la centrifugadora -sirve para analizar la riqueza de la leche-, la báscula y el caldero -para pasar la leche y llevarla hasta el calderín-, el horno y el calderín -para calentar la leche y llevarla hasta la desnatadora-, la desnatadora -para separar la nata de la leche-, la feridera giratoria -para transformar la nata en manteiga– y la malaser -finalmente aquí se lava la manteiga-.

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