Barcelona fue un golpe de sueños para el lacianiego Sergio Abello -1983- porque en el Photo Forum Fest de la Ciudad Condal, congreso que reunió los días 9, 10 y 11 de marzo a los mayores expertos en el arte de la fotografía tanto a nivel nacional como internacional, el de Caboalles de Abajo logró afianzar la relación que tiene con NIKON España. Colabora con ellos desde hace tiempo y la marca quiso contar con Abello para el foro, muestra de que “están contentos con lo que yo les puedo aportar”, confiesa el joven lacianiego.
En el Palacio de Congresos, protagonizó una ponencia llena de color -y de público- con repaso incluido a su obra. Las imágenes que su cámara han captado se sucedieron en un vídeo con melodía creada especialmente para la ocasión. Atardeceres, amaneceres, playas, faros, paisajes…fotos muy pulidas, con el sello inconfudible del autor, entre las que no faltó alguna de su querida comarca de Laciana porque, aunque vive en Oviedo desde muy joven, no se olvida de su tierra natal. “Por lo general todas mis charlas comienzan explicando quién soy y de dónde vengo… para mí es todo un orgullo decir que soy de Laciana”. De hecho el pasado mes de noviembre expuso en la capital de la comarca su muestra ‘Óbitas lentas’.
La experiencia en el foro, además de ser, tal y como él mismo confiesa, “enriquecedora”, ha permitido a Sergio Abello mostrar su obra. “Me ha servido para conocer a mucha gente que comparte afición, para encontrarme con amigos y también para tener trato más directo con muchos de los fabricantes del sector”. Y no solo eso ya que el lacianiego ha podido establecer “contactos nuevos. Ahora mismo cuento con otros patrocinadores, sobre todo fabricantes de accesorios. Tener la oportunidad de probar las últimas novedades del sector para mí es realmente importante y estas relaciones facilitan la labor”.
La ponencia
Le obesiona -reconoce- el color. Es de los que duermen poco pero para no perderse la belleza que ofrecen los colores de un amanecer. Y fue el origen del color el tema principal de su charla. “Pienso que para poder controlar cualquier disciplina lo primero que debemos hacer es entender su origen, de dónde surge y cómo lo hace”.
Habló de Newton, de cómo fue capaz de descomponer la luz en colores. También mencionó a Goethe “y los sentimientos que evocan los colores desde el punto de vista de un poeta”, de Munsell “y la tridimensionalidad del color, de lo importante que es el color en todas las disciplinas artísticas”. También expuso las combinaciones de colores que más impactan al receptor “y el proceso para aplicarlo en nuestras fotos a través de software”.
Su interés por el color surge, principalmente, de la búsqueda de un estilo propio, “de la intención de expresar y además de generar sensaciones y sentimientos, en la persona que observa mis fotografías”. La llegada de la era digital al mundo de la fotografía “hace que aparezcan sofwares y herramientas que facilitan el tratamiento del color y manejarlo a nuestro antojo”.
Desde siempre le han apasionado las obras de pintores del siglo XIX en las que predominan los colores neutros, “sobre todo fríos con un ligero contraste cálido que genera misticismo”. Gracias a la era digital ha sido capaz de trasladar este misticismo a su obra “de una manera sencilla, consiguiendo un estilo propio y reconocible”.
De cómo su pasión por la música le llevó a fotografiar a Malikian
Otra de sus pasiones es la música, principalmente de estilo indie. Fue precisamente a través del cantante de una de las bandas indie de las que es seguidor cómo comenzó su relación entre fotografía y música. Ese cantante contactó con él y le propuso comprar una de sus fotos de paisaje. “Esa foto fue el inicio de todo, empiezo a charlar con esta persona y me invita a hacer fotos en uno de sus conciertos”. Fotos que tuvieron bastante repercusión y se convitieron en la puerta de enlace con otros artistas.
Y así fue como Abello acabó subido en el escenario del conocido violinista Ara Makilian. Precisamente en el concierto de Gijón del pasado fin de semana, el lacianiego volvió a fotografiar los increíbles saltos del libanés violín en mano. “Poder fotografiar momentos así es una experiencia única como lo es estar en un Wizink Center delante de 15.000 personas aunque no seas el cantante o el guitarrista o el batería… es impactante”.
Porque en su caso la música le sirve como fuente de inspiración creativa “y muchas de las melodías que han acompañado mi vida han sido creadas por algunos de estos artistas”.
Próximos proyectos
Sergio Abello no para. El foro de Barcelona no fue el primero en el que participó. Lo ha hecho en otros congresos, también en charlas para asociaciones fotográficas, ponencias online, aunque no siempre enfocadas al mundo del color. Ha tratado otros temas como el manejo de la cámara, el uso de filtros de cristal, la fotografía de larga exposición…
Además realiza talleres de fotografía frecuentemente. Próximamente visitará la costa oriental asturiana, la costa vasca y el parque natural de Somiedo. “También estamos retomando una actividad para realizar fotografía nocturna en el desierto del Sáhara, que tuvo que ser aplazada en abril del 2020 por causa del COVID”, señala.
Y en cuanto a su tierra natal, Laciana, tiene varios proyectos previstos en marcha “de los que espero poder hablar lo antes posible”.
El origen de su pasión por la fotografía
Es químico pero su auténtica pasión es la fotografía. Se la debe a su padre, Amalio Abello, quien tenía una cámara analógica “con la que yo cacharreaba. Todavía la conservamos. Recuerdo que cada vez que viajábamos esa cámara nos acompañaba. Aunque su verdadera afición surge con la era digital. “La fotografía se convierte en una excusa para conocer lugares y captar momentos irrepetibles”. Porque para el lacianiego poder tener la oportunidad de “ver amanecer en cualquier lugar del mundo, un halo solar o ver una noche estrellada con su vía láctea haría que mucha gente tuviese la misma pasión. Vivir para contarlo y fotografiarlo, para enseñarlo y no olvidarlo”. Por eso su obra, además de arte, es poesía para los sentidos.