A falta de ideas, Ordoño II

El alcalde de León, el socialista Diez, acaba de presentar la peatonalización y decoración en colorines de la Avenida Ordoño II como la gran propuesta de optimismo y de autoestima ciudadana de cara a la reconstrucción económica y social de la ciudad tras la pandemia del coronavirus. Y lo hace sin consensuar la medida con la oposición. La polémica, pues, está servida. Y la primera conclusión es preguntar si esta forma de actuar va a ser el modelo a seguir para la reconstrucción. ¿Es esta división la mejor manera de afrontar los durísimos retos que se avecinan?

La sociedad española –incluida la leonesa- es ahora mismo un colectivo asustado, atemorizado y desorientado. Todo el mundo es consciente de que estamos al inicio de la crisis económica generada por la crisis sanitaria y la sensación ciudadana es que nuestros líderes, sobre todo los políticos, actúan a ciegas. Es cierto que es una crisis única, excepcional, brutal y sin referencias históricas. Por eso es más necesario que nunca el diálogo, la negociación y el consenso que evite recurrir a las ocurrencias. Es cierto que el alcalde León llevaba en su programa la peatonalización de Ordoño II, pero ¿es el momento adecuado?, ¿la transformación innovadora de Ordoño II va a ser el motor de la reconstrucción de León?.

El alcalde de León, todos los alcaldes de la provincia, el presidente de la Diputación, todos deberían reflexionar sobre las consecuencias inmediatas de esta crisis para los ciudadanos: Más precariedad laboral, menos consumo, frenazo de la inversión empresarial y nueva devaluación salarial. La gente tiene –tenemos- miedo al futuro inmediato y ello va a traer consigo un mayor ahorro (de familias y empresas) por lo que pueda pasar y, en consecuencia, un menor consumo, es decir menos gasto en tiendas, bares y restaurantes cuando abran. Vamos a gastar lo justo, por miedo y porque ya nadie tiene seguro su empleo a medio plazo.

Y no se olvide que la economía de León, ciudad y provincia, se basa en el Comercio, la Hostelería y el Turismo, sectores todos ellos amenazados por el incremento del ahorro familiar y el menor gasto superfluo que se avecina. Tras el cierre de las  minas, la desindustrialización es evidente.

De ahí que la propuesta del alcalde Diez sobre Ordoño II sea cuestionable en su orientación. Lo que ahora toca es poner en marcha de una vez por todas la Mesa por el futuro de León y sentar en la mesa a los sectores claves sobre los que basar la reconstrucción: la industria y en sectores concretos como la biotecnología, la veterinaria y química, la logística, la construcción,  la tecnología enfocada en la ciberseguridad, el transporte,  la agroindustria y el sector primario más sostenible que nunca. La alternativa al cierre de las minas de carbón y centrales térmicas es la reindustrialización, no seguir batiendo records en número de bares y restaurantes. ¿O es que no hemos aprendido la lección?

Sólo la casi paralizada Diputación ha hecho estas semanas un amago de actuación de futuro al planificar una campaña de consumo de productos agroalimentarios de la provincia. Habrá que esperar a conocer el retorno, pero es posible que los únicos beneficiarios de la misma hayan sido los medios de comunicación. Y no todos, claro.

Al final, la remodelación de Ordoño II es el árbol que  no deja ver el bosque. Pintar de colorines la incertidumbre y el temor ciudadano  no es la solución. No. Pongamos en marcha, de una vez por todas, la Mesa por el futuro de León y háganse propuestas rigurosas, serias, de calado y de futuro.

Un último dato.  En el Ayuntamiento de Valladolid acaban de llegar a un acuerdo todos los partidos, salvo Vox, para consensuar la reconstrucción y poniendo sobre la mesa todo el dinero disponible, incluyendo los remanentes. Un acuerdo sin precedentes. Histórico. No se olvide que el remanente de la Diputación de León es superior a los 75 millones de euros. ¿Alguien tomará nota?