Uno entre mil

Hoy tomamos la pluma (es necesario seguir diciéndolo así) para hablar, no de la desgraciada política y situación actual de España, dejamos esos menesteres a quienes vivan de ello desde el eEstado, desde los 17 estados del calamitoso modelo autonómico, o desde los medios de comunicación. Tal vez, a veces, haya que hacer como aquellos últimos romanos del siglo V, que buscaban en las letras y en los sentimientos consuelo y guía para tiempos de tribulación, “Pensamos demasiado, sentimos muy poco”, decía Charles Chaplin siguiendo aquella máxima de Jean Jacques Rousseau cuando, dos siglos antes, reivindicaba la Filosofía y la Sabiduría del Sentimiento.

Hoy traemos aquí un bello escrito, nacido del sentimiento, de valores y concepciones que hoy parecen trasnochados, valores que formaron la manera de ser de muchas generaciones de hombres antes de nosotros, valores a los que la rapidez y el “Amor al Comercio” que cantaba Esclarecidos en los años 80, nos han hecho olvidar. Las Sociedades mueren de éxito y emborrachadas del progreso y de la fe en el triunfo y el hedonismo; también pueden morir por el odio y la división que algunas ideologías siembran, antesala todo del muy comprensible egoísmo y cobardía sociales.

Hace años cayó en mis manos un ejemplar de una revista literaria de edición semanal impresa en Madrid en 1964, “El Arbol de la Justicia”; era un número monográfico dedicado al conocido y gran poeta y escritor británico Joseph Rudyard Kipling. Entre sus páginas de relatos de cuentos y poesías me llamó la atención una en especial; llegar a su significado último hace necesario vivir muchos años de experiencias personales,  públicas, laborales y sociales para llegar a él, como así le sucedió a Kipling, que tan bien llegó a conocer la naturaleza humana. De la mano de la traducción que del poema original hizo gran el poeta argentino Jorge Luis Borges, les dejamos con este hermoso canto a la amistad y a la capacidad de sacrificio de un ser humano por otro; búsqueda que puede justificar una vida.

Lean y sientan, y…piensen despacio.

 

Uno entre Mil

 

“Un hombre hay entre mil, Salomón dice,

que os será más amigo que un hermano.

¡Vale la pena que se gaste el tiempo

en el tenaz empeño de encontrarlo!

Entre mil hombres, todos, menos uno

te verán cual el mundo te ha juzgado;

más uno entre esos mil será tu amigo,

aunque tengas al mundo por contrario.

 

Por mucho que ofrecieres o impetrares

da por seguro que te habrán juzgado

entre mil hombres, todos, menos uno,

por tu porte, tus glorias o tus actos.

Mas si encuentras al que ha de ser tu amigo,

así el mundo se os vuelva contra ambos,

ese uno entre los mil, en cualquier agua

contigo se irá al fondo o será salvo.

 

Podrás usar su bolsa sin vergüenza,

y él la tuya usará para sus gastos,

y lo mencionareis sin que nunca

habléis de devolveros lo prestado.

Entre mil hombres, todos menos uno,

solo con plata y oro hacen sus tratos;

mas el uno entre mil su confianza

te da y su afecto que es metal mas caro.

 

La razón que tú tienes, es la suya;

el agravio que tienes, es su agravio;

y serás ante todos por tu amigo,

con justicia o sin ella respaldado.

Entre mil hombres, todos menos uno

dejárante en la afrenta o el sarcasmo,

mas el hombre entre mil, irá contigo

hasta el pie y mas allá de tu cadalso.”

 

Rudyard Kipling

Arsenio García Fuertes

Doctor en Historia por la Universidad de León

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