No hay duda de que la cerveza minera 12.70 consiguió atraer la atención de los lacianiegos que asistieron al encuentro, en la Casa de Cultura, con el lacianiego afincado en Panamá Juan José Villanueva en el que se habló y mucho de emprendimiento, de empleo y de ilusión. Pero también se bebió. A pequeños sorbos, los asistentes al acto pudieron saborear un poquito de las primeras muestras que se han elaborado de este caldo. Fue el colofón y sorpresa final a una tarde en la que Juan José Villanueva, casi recién aterrizado en España, quiso ser receptor de todas las dudas, miedos, e inquietudes que sus conciudadanos albergan. La mayoría relacionadas con la necesidad de generar empleo en el municipio. De ver la luz, por fin, al final del túnel.
Y así y durante dos horas, unos doscientos participantes debatieron largo y tendido, con el propio Villanueva, sobre pasado, presente y futuro. Un futuro en el que él mismo tendrá bastante que decir ya que es el promotor de la beca ‘Manuel Villanueva’ cuyos detalles generales se darán a conocer la próxima semana. De momento, lanzó un mensaje clave y rotundo a los lacianiegos; que cambien el pensamiento. Villanueva considera que ahora es tiempo de pensar qué es lo que necesita la comarca, cuál será la evolución del Valle en los años venideros y hacia dónde ha de caminar el municipio.
Desde luego, el joven parece tenerlo claro, “no podemos olvidar cuál ha sido nuestro pasado, eminentemente minero, pero hemos de entender que no va a volver, ahora toca reinventarse y salir de la zona de confort”. Y para ello, anima a los lacianiegos a poner en marcha sus proyectos “a cambiar el chip de trabajador a emprendedor”. En este sentido, entiende que “tenemos que evolucionar y convertirnos en esa zona que aprovecha sus fortalezas”. Con este fin nace la beca que lleva el nombre de su propio abuelo. Una beca encaminada a financiar proyectos dirigidos a la reconversión minera, es decir, que modifiquen el modelo productivo y que generen puestos de trabajo. Han de ser también, remarcó, planes que busquen la diferenciación de sus productos, centrados en una economía global- y no solo local- y con una fuerte campaña de marketing.
De momento, y no es poco, tal como ha anunciado el propio Villanueva, ya le han trasladado unas treinta ideas de proyectos, algunas de ellas procedentes de lacianiegos que viven a kilómetros de distancia de la comarca desde hace muchos años, por ejemplo, en Finlandia. Hay que recordar, aún así, que el plazo de presentación de proyectos no se abrirá hasta después de la presentación oficial de la beca a cuyo acto asistirá, o bien el propio presidente de la Diputación o alguno de los vicepresidentes de la institución y la presidenta de la Asociación española de Emprendedores, Pequeña y Mediana Empresa -Aempymes- Sandra Rodríguez, entre otros muchos. Difícil elección tendrá que hacer el jurado de la beca para discernir cuál será el proyecto que finalmente será subvencionado y que se conocerá en el mes de septiembre.
Pero y… la cerveza ¿que impresión causó?
Los asistentes al encuentro con Villanueva fueron unos privilegiados. Pudieron ser los primeros en probar el resultado de las recetas que durante meses estuvo cocinando Rual Prieto, de la fábrica cervecera Monkey Beer -Toledo-. Y es que elaborar cerveza es eso precisamente, cocinar.
Estas primeras catas dejan un buen sabor de boca tanto a los promotores de la cerveza minera, Juan José Villanueva y Abel Díaz -quienes después de probar la muestra la calificaron como “la mejor cerveza del mundo”- como al público asistente a la charla. “Son sabores fuertes”, decían los catadores. Algunos de ellos, incluso matizaron que el sabor les era familiar. Lo que es indiscutible, es que son de la tierra. Muy nuestros. Porque esa es, precisamente, la diferenciación que va a tener la 12.70; que será una cerveza fabricada en las viejas instalaciones de una mina que aprovechará, además, los sabores que nos da nuestra comarca.
Y después de este primer tanteo, Villanueva ya ha anunciado que dos de las recetas serán modificadas -en total se fabrican cuatro especialidades: Lager, Porter, Ipa y Pale Ale-, aunque aún no ha querido desvelar los detalles del por qué de ese cambio en la Lager -abadía negra- y en la Porter -cerveza oscura-. Aquellos que no hayan podido disfrutar del primer trago de la cerveza minera, tendrán que esperar al mes de agosto cuando al fin se lanzará al mercado una edición limitada de 15.000 botellines “que será muy especial”, matizó el joven quien ya ha revelado que se comercializará en dos tamaños diferentes, de 33 centilitros y de un quinto “porque Abel Díaz, conocedor a la perfección del sector hostelero de la zona, sabe que los quintos de cerveza es el tamaño que más se consume en la comarca de Laciana”.
A la charla también acudió el propio Rual Prieto, como no podía ser de otra manera, ya que en su fábrica se gestaron estas primeras muestras, si bien, hay que matizar que toda y absolutamente toda la producción de la 12.70 se llevará a cabo en las instalaciones del Grupo Lumajo una vez que se dote de la maquinaria necesaria para tal fin -mes de septiembre-, por lo que la edición limitada que se lanzará en agosto también se efectuará en la fábrica de Rual Prieto en Toledo. Hay que señalar además, que las propias máquinas que se emplearán para la producción de la cerveza minera, serán elaboradas artesanalmente por su empresa por lo que el sabor final de la 12.70 tendrá, aún si cabe, mayor calidad.
Rual Prieto aprovechó su visita por tierras lacianiegas para conocer de primera mano las instalaciones de Lumajo donde se ubicará la maquinaria que él mismo construirá y a las que ha calificado como “impresionantes” ya que era la primera vez que pisaba una mina. Sobre las propias máquinas ha avanzado que ya están definidos más o menos los planos y los lugares que ocuparán cada una de ellas. “Se va a instalar un obrador automático para fabricar 1.000 litros por lote aunque se podrán hacer dobles elaboraciones y producir los 2.000 litros al día. Es fácil que este año alcancemos los 40.000 o 50.000 litros de producción”.
En definitiva, la cita con Villanueva, Díaz y Prieto fue una tarde para hablar de emprendimiento; de pasado pero también de futuro. Y con cerveza de por medio parece que todo sabe mejor, sobre todo, si es la mejor cerveza del mundo, ¿por qué? porque es de Laciana.
Todo lo que sea generar ilusión y alegrarnos el alma a los Lacianiega bienvenido sea,la cerveza tendrá que ser el principio de mucho mas, con tres variedades hay suficiente para agradar nuestros diferentes gustos.Gracias