Un recuerdo. Álvarez de Paz y el Álvaro de Mendaña

La única vez en mi vida que he tenido la oportunidad de visitar el Parlamento Europeo de Estrasburgo fue gracias a nuestro berciano José Álvarez de Paz. Y para ser más exactos puedo añadir el día, el mes y el año porque hay recuerdos que no se borran pese al paso del tiempo. Todavía conservo la tarjeta de identificación con mi nombre y el de la persona que invitaba o se responsabilizaba de la visita (Álvarez de Paz) y que era necesaria llevar de forma visible en el deambular por las distintas dependencias. En ella figura la fecha del viernes 14 de noviembre de 1986.

Entonces yo formaba parte del claustro de profesores del Instituto Álvaro de Mendaña y nuestro querido “Pepe”, como le llamábamos todos, nos brindó la oportunidad de viajar hasta Estrasburgo. Y en esa aventura nos embarcamos cincuenta alumnos de tercero de Bachillerato, tres docentes y un representante de cada medio de información local.

El viaje lo hicimos en autocar, estableciendo nuestro cuartel general en la localidad francesa de Colmar a unos setenta kilómetros del objetivo, aprovechando para recorrer otros lugares como Ginebra, Berna, Heidelberg, Baden Baden, Friburgo y Lausana.

Pero el día grande fue el señalado antes en el cual madrugamos para estar con tiempo suficiente a la cita, lo que nos permitió ver la llegada de los parlamentarios en lujosos coches y sobre todo a nuestra bandera izada con el resto de las europeas. Después pasamos por los distintos controles y nos adentramos en el gran edificio para dirigirnos hasta la Cámara que ese día mostraba una entrada hasta la bandera dado que se debatían los presupuestos. Nos situaron en los lugares destinados al público escuchando, a través de la traducción simultánea, lo que allí se trataba. Recuerdo que parte de los representantes europeos, en algunos momentos, hicieron patente sus desacuerdos con las distintas intervenciones golpeando con las manos sobre las mesas.

Cuando acabó la sesión algunos de los eurodiputados españoles vinieron a saludarnos de forma breve dado el trabajo que todavía tenían por delante y otros nos acompañaron a comer en la cafetería allí existente.

Por la tarde acudimos nuevamente a la Cámara para dejar constancia gráfica de nuestro paso por ella y recibir una charla informativa que nos daba el Jefe de traducciones del Parlamento.

En todo momento José Álvarez de Paz estuvo con nosotros, acompañado de su secretaria, mostrándose orgulloso de poder presentar aquel grupo de bercianos que gracias a su gestión habíamos tenido una oportunidad única.

A buen seguro que muchos de los alumnos que realizaron este viaje, en sus particulares baúles de recuerdos, tendrán presente la experiencia vivida y la imagen de Álvarez de Paz al que siempre estaremos eternamente agradecidos por la ocasión brindada.

José Cruz Vega Alonso

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