“Un, dos, tres, …responda otra vez”,… pero en las aulas

En el año 1972 (eso me parece recordar), se hizo muy famoso un concurso de televisión, que en buena medida sirve de título a este artículo. Alguien me comentó hace años, que aquel programa era una especie de baremo, para medir el nivel cultural de los españoles, de entonces. Como persona aficionada a divulgar el conocimiento racional y científico de nuestro Mundo, me he ocupado a menudo del tema de la enseñanza, que en definitiva es una base esencial para adquirir un buen nivel cultural.

Muchos de los conocimientos de física, matemáticas, literatura, geografía, historia, ciencias naturales, química, religión, ciencias sociales,…. los aprendimos los estudiantes de mi generación; en una época ya lejana, tan lejana que aún vivía Franco. Eran tiempos duros, en los que tras salir de la escuela (en el pueblo) había que ir al campo a ayudar en las faenas agrícolas y ganaderas y en las que las vacaciones se empleaban igualmente en trabajar en el pueblo día tras día,…excepto eso si, en las tardes de domingo, en las que si había suerte se podía ir a jugar al futbol o a bañarse al río Boeza. Un río cuyas aguas entonces estaban bastante más negras (por el carbón) de lo que lo están actualmente. En la escuela de mi pueblo (Castropodame) y como en muchos otros, los libros digamos estrella eran las enciclopedias. Las había de primer, segundo y tercer grado y en estas se impartían una amplísima variedad de materias. Conservo (edición facsímil) la de segundo grado y la que yo utilicé de tercer grado, ya muy deteriorada. También tengo una de  grado medio  pero de la Segunda República ( su autor es D. Dalmau Carles), que lógicamente (nací en 1956) yo no estudie.

No obstante vamos a lo que vamos. La calidad de la enseñanza, entendiendo como tal (para evitar despistes) el nivel de conocimientos que adquiríamos los estudiantes. Esta es la cuestión. Ya se que la enciclopedia franquista dedicaba una enorme cantidad de sus páginas (la de segundo grado al menos) a hablar de religión, de historia sagrada y como no; de política favorable  al “Caudillo”. Ya sé también que en lo concerniente a la Historia (es siempre interpretable), se arrimaba el ascua a la sardina franquista. Ya sé también, que todo lo concerniente a la lengua española, resulta poco grato a muchos españoles que no se consideran tales y que llaman lengua castellana opresora, a la lengua que en tal enciclopedia se decía española sin más.

Todo eso lo sé. Pero la geometría, las matemáticas, las ciencias naturales y otras disciplinas científicas no entienden de política, ni entienden de autonomías, ni entienden de naciones. También y para que nadie me acuse de no ser imparcial aclaro que he analizado y muy a fondo los contenidos de la enciclopedia de la Segunda República, la de José Dalmau Carles. En el aspecto científico coincide en general, con la de Franco, si bien debo señalar, que en esta última, la franquista he observado algún que otro notorio despiste; aunque a pesar de ello había una notable cuantía de datos en los que nada hay que retocar. Aclaro que en este análisis, me basaré en el contenido científico-técnico de tales enciclopedias, para hacer una reflexión sobre la enseñanza en España y  en concreto el nivel de conocimientos de nuestros estudiantes a todos los niveles desde primaria a la universidad.

¿Cuál es mi conclusión?. Pues a juzgar por lo que yo conozco y salvo raras excepciones entiendo, que el nivel de la enseñanza en España desde la más tierna infancia hasta la Universidad es un desastre. No hablo de la Universidad porque no conozco datos al respecto. No obstante conocí hace poco tiempo a universitarios modernos, que decían que Alemania era “más o menos tan grande como León” o que se maravillaban de que fuese invierno en una parte de la Tierra y verano al mismo tiempo en la otra. Espero que sean una excepción.

Lo que yo conozco acerca de la enseñanza en España y desde hace años es en mi opinión desolador. Es mi punto de vista y por ello quizá equivocado. No impera la cultura del esfuerzo, no se estimula a los más aventajados de la clase, no hay disciplina en las aulas, no hay respeto ni  a los profesores ni a los compañeros  y no existe la más mínima conciencia, de que a la sociedad en general le supone un sacrificio el hecho de que en España la enseñanza sea gratuita. El Estado no fabrica dinero, lo pide a todos. El estudiante que va a clase y no se esfuerza y va sólo a “mangarla”; está defraudando al Estado es decir a la sociedad. Si esto es más o menos grave, a mí no me corresponde juzgarlo. Al fin y al cabo todos en mayor o menor medida quizá somos delincuentes. Nadie es perfecto.

En cualquier caso y si al final los estudiantes españoles fuesen brillantes, si tuviésemos muchos profesionales  de gran prestigio  en el mundo entero, ingenieros de primera línea mundial , científicos excepcionales,… podríamos pasar por alto lo anteriormente dicho. Si fuésemos “del montón” también podríamos aceptar la situación;  pero lo lamentable, es que somos de la cola. La tasa de abandono escolar es la más alta de la UE. Es curioso.  Si las aulas fuesen unos centros represivos, sería comprensible e incluso justificable; pero la realidad es que en las aulas abundan la indisciplina, la vagancia y los  alumnos que van a clase simplemente a pasar el rato y a pesar de ello hay fracaso escolar. Un fracaso que sucesivos gobiernos intentan maquillar o disimular sencillamente dejando pasar de curso a alumnos que no han demostrado saber lo que debieran.

El problema no es fácil de solucionar. Habría que cambiar la mentalidad general de padres, estudiantes y también de los políticos. Ser conscientes de que a las aulas se va a estudiar y a esforzarse para hacerlo (no a divertirse). Si los alumnos son poco disciplinados y si los padres entienden que lo primordial es que sus hijos “no se estresen” y que si aprenden bien y si no,… que lo importante es que no “sufran”; me parece que mal vamos. Ahora los alumnos viven “entre algodones”; si se les compara con los que son de mi época (años 60 y 70); pero estoy casi seguro de que el nivel de conocimientos de los estudiantes de mi época, era muy superior a los de los actuales. Eso me parece. No obstante y para que el lector reflexione, voy a realizar unas preguntas sencillas, tanto que  se pueden responder con los conocimientos de las enciclopedias de la escuela de mi pueblo. Serán 10 preguntas y otras dos de regalo (así lo hacía alguno de mis profesores), por si alguna no quedó clara o por si alguien es capaz de sacar más de un diez. Vamos allá.

1.- ¿Cuántos hectómetros tiene el radio de La Tierra?. 2.-¿Cual es la fórmula para hallar el volumen de una pirámide?. 3.- ¿Quién es el autor de la poesía titulada “El congreso de los ratones”?. 4.- ¿Cuantos movimientos tiene La Luna? 5.- ¿En qué año se independizó el hasta entonces era Protectorado Español Marroquí? 6.- ¿ En qué año llegaron a España los llamados “Cien Mil Hijos de San Luis” ?. 7.- ¿Qué porcentaje de nitrógeno hay en la atmósfera? 8.-¿En qué consiste la hematosis?. 9.-¿Que es una planta monoica ?. 10.- ¿Cómo se llama la sustancia que da color verde a las plantas ?. 11.- ¿En qué año se firmó el Tratado de Utrecht ?.12.-¿ Qué rey de España decreto la Ley Sálica?.

Estas preguntas y otras muchas similares, se pueden responder correctamente  con los conocimientos de  aquellas enciclopedias que había que estudiar en los prados, cuidando el ganado. Desde aquellos años ya lejanos a la actualidad, en general se ha ido viviendo cada vez mejor en todos los sentidos (economía, comodidades, libertades,…) pero una somera mirada a las Redes sociales (por ejemplo) muestra que el nivel cultural en España sigue siendo muy bajo. El motivo no es tanto que no existan medios para aprender. En mi opinión no se aprende porque se ha instalado en nuestra sociedad, la cultura del mínimo esfuerzo y la comodidad. Ahora bien,…. “doctores tiene La Iglesia”, se decía antaño, por ello sólo pretendo mostrar mi punto de vista, sin afirmar jamás que sea el único y verdadero. Así pues con sumo agrado escucharé las opiniones y los argumentos de quienes vean las cosas de modo muy diferente.

Bembibre, 21 de septiembre de 2020

                        Rogelio Meléndez Tercero.

 

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