¿Porqué sabemos que la tierra gira sobre sí?

Un singular experimento consistiría en llegar a un campus universitario y micrófono en mano preguntar a los estudiantes que razones o que argumentos se conocen para afirmar que La Tierra es un cuerpo celeste que está girando sobre si. Me temo que incluso entre quienes cursan carreras técnicas, el porcentaje de los estudiantes que no supiesen que argumentar sería quizá superior al 60%.

Ello es así porque en efecto el movimientos de giro de La Tierra en torno a si misma, en un tiempo que a muchos efectos prácticos podemos considerar como de 24 horas exactas (86.400 segundos) de los que señalan los relojes que utilizamos en la vida cotidiana; es muy, muy, muy difícil de detectar. Nada tiene pues de extraño que durante siglos se considerase que  era el Sol el que giraba en torno a La Tierra.

La sensación que a simple vista percibimos, es que en efecto es el Sol el que se mueve y que lo hace eso si unas veces a mayor altura que otras. Esa sensación de mayor o menor altura tiene directa relación con la percepción que tenemos de lo que es la vertical de un lugar. Al estar de pie al observar una plomada, al mirar una pared percibimos la dirección de la vertical. Así nos damos cuenta de que sobre todo al mediodía hay épocas del año en las que el Sol está muy bajo y otras en las que está muy alto.

No obstante ya desde la más remota antigüedad al menos los llamados sabios se percataron de que ese movimiento del Sol, quizá podría ser sólo una apariencia. Al movernos  tenemos la sensación de que los objetos que permanecen fijos “en realidad” se mueven. Por tanto ya desde hace años ( en la Antigua Grecia); hubo quien sospechó que quizá era La Tierra la que giraba en torno al Sol. De ser así había que admitir que La Tierra es un cuerpo girando sobre si.

No obstante  no fue hasta los siglos XVI – XVII cuando un poco a “regañadientes” se aceptó por los sabios que en efecto era La Tierra la que giraba en torno al Sol. Después y en lento goteo fueron apareciendo pruebas (como la construcción de los llamados Péndulos de Foucault) que confirman que en efecto es La Tierra la que tiene un movimiento de giro sobre si misma. No obstante este tipo de pruebas no son ni mucho menos de sencilla comprensión para el ciudadano medio y en cualquier caso a pesar de que desde hace muchos años podemos ver La Tierra desde el espacio, ello no implica que a simple vista y con suma facilidad sea posible ver el giro de La Tierra como vemos por ejemplo el de una noria.

Por tanto para el ciudadano medio el movimiento de rotación de La Tierra es algo que en buena medida es simplemente un acto de fe. Hacen falta unos conocimientos de cierto nivel y reflexiones sosegadas, para llegar a la conclusión de que en efecto es La Tierra la que gira en torno a si misma y no el Sol, como “el sentido común”, nos hace ver. Por todo ello estoy seguro de que si en campus universitario elegido al azar pedimos a los estudiantes que expliquen de modo razonado porque sabemos que es La Tierra la que gira en torno a si misma y que el movimiento del Sol es sólo aparente; la mayoría no sabrán que contestar.

En cualquier caso es una experimento que creo que nadie ha hecho. A ver si algún periodista se anima.

Castropodame, 20 de septiembre de 2019

Rogelio Melendez Tercero

 

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