En el atípico verano de 2020 los viajeros buscan lugares alejados de grandes masificaciones en los que sentirse seguros. Y muchos de ellos han apostado por la comarca de Laciana para su descanso estival. Porque los establecimientos de hospedaje del municipio han logrado resistir, al menos en los meses de julio y agosto, el envite del covid-19, aunque el panorama de cara a la temporada otoño/invierno parece bien distinto.
Algunos de los alojamientos consultados por este medio de comunicación como el hotel rural ‘La Bolera’ de Robles de Laciana, han igualado -más o menos- las cifras del año pasado con una ocupación del 85%. Hay otros como es el caso del albergue turístico rural ‘El Cordal de Laciana’, en Caboalles de Abajo, que lograron duplicar, tanto en julio como en agosto, el número de pernoctaciones respecto a 2019. El hostal ‘El Marga’, en Villablino, también consiguió aumentar «un poco» las cifras de hospedaje, según comenta uno de sus responsables, Carlos Martínez, mientras que para el hotel ‘La Brañina’ de Villablino la última semana de agosto fue «anormalmente tranquila», si bien es cierto, el resto de días de julio y agosto «el número de estancias se mantuvo más o menos igual», tal y como explica Natalia Canedo, quien al mismo tiempo señala que, aún así, «la falta de la Xamascada ha afectado».
Por su parte, Nieves Fernández, responsable del Apartahotel ‘Portal de León’ de Caboalles de Abajo, registró en el mes de julio «un 50% menos de pernoctaciones respecto a 2019», sin embargo en agosto las cifras se igualaron «con el 100% de ocupación». No obstante la propietaria del establecimiento ha percibido que el número de reservas de última hora aumentó considerablemente en comparación al año pasado.
En lo que sí coinciden los responsables de estos alojamientos es en el tipo de perfil del visitante ya que todos han sido turistas con procedencia nacional, personas a las que los núcleos rurales les confieren más seguridad, tal y como confiesa Carlos Martínez, del hostal ‘El Marga’. Y en cuanto al número de noches pernoctadas, por ejemplo, en ‘El Cordal de Laciana’ «han sido estancias más largas», apunta la propietaria, Isabel Gómez, mientras que en el caso del hotel ‘La Brañina’, «ha habido muchas reservas de una sola noche, sobre todo por parte de personas que querían hacer rutas», explica Natalia Canedo.
Todos ellos coinciden también en que el pronostico de cara a septiembre no es nada halagüeño ya que, pese a ser un mes turísticamente bueno en la comarca de Laciana, este año la lista de reservas parece no incrementarse. «Mucho va a depender del tiempo y de la situación que tengamos con el covid-19», matiza el gerente del hotel rural ‘La Bolera’, Fernando Méndez. Tampoco pintan bien las perspectivas para la temporada invernal. Muchos esperan la nieve sin que la blanca paloma sea una garantía de que la estación invernal ‘Valle de Laciana-Leitariegos» vaya a abrir sus puertas debido al covid-19, tal y como explica también Méndez.
Y así se plantean, el futuro más próximo, los responsables de estos alojamientos: con mucha incertidumbre pero con ganas de salir adelante.
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