La generación perdida dicen…

Banco en La Rosa del Agua, El Acebo / EBD
Banco en La Rosa del Agua, El Acebo / EBD

 

 

Dicen que somos la primera generación que vive peor que sus padres. Los ‘millennials’ nos llaman. Una generación única para algunos. Otros dicen que somos la generación perdida…

Pongamos que nuestros padres tenían nuestra edad en los años 80 o 90. Se compraban una casa o un piso y tenían varios hijos. Con la vida resuelta con ‘veintipico’ no se preocupaban del qué vendrá. Pero ¿es cierto que somos la primera generación que vive peor que sus padres?

Hemos salido al mercado laboral y nos hemos topado de frente con tres crisis en un corto periodo de tiempo. No una , ni dos, ¡tres! Aunque a alguno le da para independizarse, la mayoría vive con sus padres. De coche propio ya no hablamos y muchísimo menos de comprar un piso. ¿Hijos? Ni si quiera podemos mantenernos a nosotros mismos.

La generación perdida dicen…

Somos la generación de aquellos que tuvieron que luchar para encontrarse y buscando se dieron cuenta de que la vida no era casarse a los 20, ni hipotecarse hasta los 50.

Somos los que creemos que debemos dedicarnos a algo que nos haga felices antes que a algo que nos de dinero.

Creemos. En nosotros. Y en los demás.

Somos los que hablamos de emociones y los que viajamos porque creemos que es eso lo que nos hará verdaderamente ricos.

La generación que no cree en los bancos ni en las grandes empresas pero sí en los emprendedores. Somos los que no diferenciamos entre hombres y mujeres y los que nos indignamos ante el machismo anticuado.

No tengo muy claro si somos la primera generación que vive peor que sus padres pero de lo que estoy segura es de que somos la primera generación que cambió las normas del juego, que rompió los esquemas de la sociedad para construir con ellos escalones que nos llevasen a lo más alto. Sin ayuda.

Somos la primera generación que creyó que el arte sí era una profesión. Los primeros en hablar de salud mental. Somos los que no juzgamos y los que nos reímos por todo porque creemos que ‘esto también pasará’.

¿Generación perdida dices?

 

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