La fiesta de la rosa

La denominada Fiesta de la Rosa debería servir, además de como un acto lúdico y de comunión entre militantes y cargos del socialismo español; de conjura para que los que desempeñan funciones públicas y tienen por tanto comunicación con el actual Gobierno de España defiendan los intereses del valle. Ninguno de los dos grandes partidos, a excepción quizás de la Diputación provincial con Leitariegos, han desarrollado una política clara y rotunda de relanzamiento, o al menos de mitigación, de la crisis migratoria y económica que padece todo el municipio o, si se quiere, la comarca lacianega.

Es por ello por lo que no debemos quedar en las buenas intenciones y bellas palabras de hermanamiento y camaradería, sino para que nuestros interlocutores se comprometan o hagan comprometer realidades. Ahí está el asunto del Parador nacional, las comunicaciones con Oviedo y Ponferrada, o medidas atractivas para instalar empresas, no de gran calado, pero empresas en la zona y apoyo a los emprendedores locales, que los hay.

Y como decía Felipe Gonzalez, dicho esto «sin acritud».

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