La doble vara de medir

La misma administración que a lo largo del último año y medio ha demostrado una inconsistencia absoluta en sus criterios: tercera dosis no/tercera dosis si; mascarilla no/mascarilla si….es la misma que en todo este tiempo escrutina las residencias de mayores cual comadreja una madriguera. Buscando cualquier resquicio donde hincar el diente: que si falta un lavabo por aquí, que si falta media hora de enfermera por allá, que si las horas de medico no son las necesarias…

¿Se mirarán para su propio ombligo?.

Buscan y rebuscan fallos en un sistema de centros sociosanitarios, que en las últimas décadas ha mejorado ostensiblemente y a su vez son capaces de no cubrir sus propias vacantes en los centros de salud o en los hospitales.. que se lo pregunten a los habitantes de multitud de pueblos de la provincia, a los pacientes ontológicos  o a aquellos que llevan meses y meses esperando en una lista de espera.

Son capaces de usar el mazo para ajusticiar a un centro por no ser capaz de cumplir sus estrictas normativas, pero ¿quién los ajusticia a ellos por la falta de profesionales en múltiples puestos?.

¿Qué se pretende?. Destruir un sistema de centros, que con sus fallos, son capaces de dar cabida a 300.000 usuarios en todo el territorio español. Porque es lo que se conseguirá si se sigue apretando y apretando alrededor del cuello de directores y gestores de este tipo de centro. Y luego quién va a cuidar de estos “abuelos”, atención primaria que ya ¡no da abasto!.

No se dan cuenta de que se trata de luchar codo con codo entre la administración pública y este tipo de centros, en su mayoría privados, por el bienestar de los mayores que ahí residen…

En mis más de 15 años de experiencia en este tipo de centros no había conocido una presión tan grande como la que se vive ahora, buscando y rebuscando por todas partes.

¿Con que fin?

¡Salvarse el culo!, para que si pasa algo, nuevamente (esperemos que no), poder salvar sus sillones. Porque los que nos partimos la cara ahí dentro, buzo puesto etc etc…queremos seguir haciendo nuestro trabajo…pero a ser posible con ayudas y quizás en alguna ocasión con una palmada en la espalda y no siempre con una nueva piedra en nuestro camino.

Esta doble vara de medir no ayuda a nadie. Porque el agotamiento físico se resuelve con una buena siesta o descanso nocturno. Pero el agotamiento mental se recupera mal.

Reestructuren sus esfuerzos por un bien común y recuerden que luchamos todos juntos por el bienestar de nuestros abuelos en sus últimos años.

Tino Gil, médico en residencias de mayores

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