“Hoy créeme, pero cuando te levantes mañana no te fíes de lo que te dije, todo puede ser distinto”. Este es el último consejo que se recomienda dar a día de hoy si te llama un trabajador, autónomo o empresario para preguntarte algo y es que durante los últimos días los que nos dedicamos a la consultoría, asesoría o simplemente a trabajar codo con codo con empresarios, trabajadores y autónomos hemos visto como nuestras mesas se llenaban de decretos, órdenes ministeriales, notas internas, acuerdos de gobierno… Ya es normal para nuestro gremio despertar sabiendo que nos encontraremos con alguna sorpresa, reinterpretación o susto que generará una oleada de incertidumbre en empresarios, autónomos y trabajadores.
Las noticias corren como el viento con cada soplido de algún ministro. Las noticias llenan de esperanza a unos y de desasosiego a otros… Y en el mejor de los casos, el 20% de lo esperado se plasma en un decreto de forma definitiva. Un claro ejemplo es que el pasado sábado conocíamos, por las televisiones en rueda de prensa y en horario comercial, que el confinamiento se endurecía y que solo las actividades esenciales podrían mantener una escasa actividad residual. En ese momento cualquier español entendió meridianamente claro que, si no eras un trabajador vinculado a la sanidad, cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, energía, servicios o sistemas productivos básicos o de primera necesidad tenías que quedarte en casa con un permiso retribuido obligatorio a costa de los empresarios y autónomos, si estos últimos tienen empleados. Pues bien, ese día comenzó la trigésimo primera etapa de este auténtico viacrucis legislativo, cuestiones como ¿Estará mi empresa afectada por la medida?, ¿Qué significa eso de actividad esencial?, ¿tendré que ir a trabajar el lunes?, ¿Qué pasa con el ERTE que ya había solicitado o que quería solicitar?, etc.
Seguramente pensarán, léase usted el decreto… Bueno, siendo realista ni lo más expertos del lugar conocen aún las respuestas a todas estas preguntas. Un ejemplo clarificador es que la CEOE, sindicatos, colegios profesionales, escuelas de formación, cetros de negocios, reconocidos gabinetes jurídicos lanzan opiniones en emails internos o notas externas sobre “sus” interpretaciones, en muchos casos contrapuestas, de un mismo párrafo. Lo único cierto de todo es que lo que pasó desde ese día ya lo saben todos los lectores, pues desgraciadamente todos tenemos cerca a alguien que se fue a dormir el sábado con esta duda, y seguramente también el domingo.
Particularmente pienso, nótese cierta ironía, que el cambio de hora no debió llegar a todos los hogares a la vez, pues a las 22:50 horas del domingo 29 el decreto vio la luz en Canarias. Incluso permítanme decir que, si el decreto hubiera visto la luz a esa hora y hubiera sido clarificador, casi hasta hubiera sido una buena noticia, pero todo gran film suele tener una segunda parte, aunque ya conocemos el dicho. La cuestión es que el lunes las ciudades amanecieron como un solar, la ciudadanía había entendido la medida, había sido responsable, incluso algún personaje ilustre afirmo literalmente “queremos asimilar la actividad a la mínima posible, la de un domingo o un festivo”. Seguro ustedes sabrán que el lunes, ya en horario peninsular, el horizonte se volvió negro con una interpretación del Ministerio de Sanidad en, exactamente la Orden SND/307/2020, donde se decía que los trabajadores por cuenta propia podían seguir trabajando ya que no pueden acogerse al permiso retribuido recuperable, pues eso de darse o recuperar horas por uno mismo y además cobrar por ello, es algo que los autónomos ya saben muy bien como se hace, trabajando. Así que aquella frase del personaje ilustre de “como un domingo o un festivo” también es clarificadora, los autónomos, autónomos societarios o cualquier otro… puede ir a trabajar, eso sí, si tiene empleados a su cargo ellos no podrán, pues deben acogerse a un permiso retribuido obligatorio.
“¡Por fin!, Por fin alguien reconoce que los autónomos trabajamos domingos y festivos, en estado y sin estado de alarma”, decía algún meme que a continuación comentaba el caos legislativo.
La cuestión es que esta noticia removió las entrañas del tejido empresarial español que ya no sabía ni que hacer, entrar, salir, volar, nadar… ¿Si salgo que le digo a la policía si me para?, ¿Si un cliente me llama que le digo?… Bueno, llamaré a mi asesor. Incluso salió un documento justificativo en esa misma orden citada anteriormente 307/2020 que permite justificar a los trabajadores por cuenta ajena sus desplazamientos, si pertenecen a servicios esenciales, pero se sigue esperando que ese documento, “oficial” salga para trabajadores por cuenta propia, que a fin de cuentas son lo que pueden salir en cualquier caso.
Sin duda este caos lo sufren también los trabajadores por cuenta ajena que son conscientes de la realidad en su trabajo, en su hogar y en su familia. Que en muchos casos están sujetos, en el mejor de los casos, a ERTE, reducciones de jornada, permisos retribuidos o incluso siguen desarrollando su actividad pero que solo piensan en proteger sanitaria y económicamente a sus familias. Sin duda todos debemos ser la prioridad pues todos estamos afectados. A pesar de que alguno se empeñe (convicciones ideológicas fanáticas aparte), en la realidad empresarial terrenal, los empresarios quieren ayudar y buscan la mejor solución para sus empleados y esos empleados quieren ayudar y entienden la situación de sus empresarios, pero sin duda para ello una cosa es necesaria, claridad reglamentaria y convicción legislativa.
Ayer recordaba que hace unas semanas publicaba en este mismo medio un artículo de opinión que comentaba que las medidas eran importantes, pero transmitir tranquilidad institucional a empresas, autónomos y trabajadores lo sería más. Pues después de este tiempo, y sin evidenciar que el momento es complicado, hay ciertos detalles que considero son prescindibles… Como anunciar medidas, filtrar listados de actividades esenciales, anunciar decretos a 10 minutos de su entrada en vigor (una hora menos en canarias, para los puristas), que sean los propios ministerios quienes tengan que interpretar reales decretos y que ambas noticias aparezcan en los medios durante varios días y parezcan contradictorias aún a pesar de referirse al mismo texto… calma y confianza no arrojan, la verdad. Pero además cuando tras hacer los pagos de seguros sociales y cuotas de autónomos se anuncia una posible moratoria, o se habla de reclamar ingresos indebidos… he de confesar que ya es rizar el rizo.
Mientras tanto seguiremos estudiando un grado en derecho y economía a diario para hacer nuestra labor. Sin duda mandar un abrazo a todos aquellos a los que aplaudimos a diario desde los balcones, pero permítanme que en este texto les envié un abrazo especial a mis compañeros de profesión que ayudan a cada autónomo, empresario y trabajador, que tramitan datos para que los desempleados tengan su prestación, que tramitan ayudas para que las empresas se acojan a ERTES de fuerza mayor o por causas ETOP, que siguen abriendo sus negocios a diario para tramitar documentación y para arrojar algo de luz y esperanza en un escenario caótico. Y que, aunque las solicitudes y formularios cambien a diario, los trámites cambien por minutos, aunque los decretos salgan sin las medidas para ejecutarlos, aunque las respuestas a las dudas lleguen cuando ya hay un nuevo decreto que las modificó… A todos ánimo, trabajadores, empresas y autónomos nos necesitan más que nunca.