Guadalupe Lorenzana ensalza el patsuezo con un pregón muy de la tierra

La lacianiega, firme defensora del patsuezo, dio el pistoletazo de salida a los festejos que se prolongarán hasta el domingo

Nadie como esta mujer de Caboalles de Arriba -1962- para falar una lengua que no es fácil ni de hablar ni de escribir. Firme defensora del patsuezo, la lacianiega -recientemente ha publicado su primera obra, un libro de cuentos y poesías titulado ‘Cousas d’en Ca Trones’- ha sido la encargada de pronunciar el pregón que ha dado el pistoletazo de salida a las fiestas de Villablino en honor a San Roque.

El discurso, que ha abierto las puertas a los festejos en el casco antiguo de la Plaza, ha estado plagado de guiños a esta lengua que Guadalupe Lorenzana maneja a su antojo. La pregonera comenzó asegurando que esta noche ha ostentado «el título más importante del mundo, soy la pregonera de San Roque 2019 y os aseguro que no hay nadie que lleve con tanto amor, orgullo y satisfacción el alma de nuestro valle. ¡Soy lacianiega! y hoy represento no solo a Villablino sino a los quince pueblos que conforman nuestra tierra».

La pregonera aprovechó la ocasión para animar a los vecinos de la comarca a reencontrarse. «Es momento de abrazarse, besarse,hacer balance del año, acordarse de los que ya no están y disfrutar de la familia y los amigos». Pero Guadalupe Lorenzana también quiso hacer una importante ruego: «pido encarecidamente que en estos momentos, que no son los mejores para nosotros, recordéis que nuestras entrañas dieron riqueza y prosperidad, no solo a los lacianiegos, sino también a mucha gente emigrante que acogimos con respeto y cariño y a ellos les pido que no nos olviden nunca vayan donde vayan».

Para terminar, la lacianiega tuvo palabras para los jóvenes de la comarca «los nuestros nenos, muy a su pesar, marchan. Son generaciones perdidas que ya no van a asentarse aquí». A ellos les lanzó también una petición muy fácil de cumplir: «que hablen a sus hijos de nosotros, de nuestros montes, de nuestras fuentes, de nuestras nueites de nieve, de nuestros samartinos… y así Laciana seguirá viva, viva en el corazón, en el alma y en la cabeza de todos los que tenemos la suerte de formar parte de este Valle». La pregonera finalizó el discurso con unas palabras en la nuesa tsingua: ‘Que tengáis unas fiestas presurosas con xeitu ya sin mancavos».

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