El peligroso cerco a los medios

Sabido es el pensamiento sobre el papel de los medios de comunicación social al que someterían los miembros de la ultraizquierda española si pudiesen gobernar sin cortapisas. Los escraches, los acosos en redes sociales, «la azotaría» de Iglesias y muchas pruebas más sucedidas hace pocos años lo corroboran.

El periodista sufrió en sus propias carnes el acoso, en este caso como pequeño empresario de la comunicación y periodista, durante toda la legislatura pasada por huestes comunistas de la Bimilenaria. Se pone en tu boca palabras que no has escrito o dicho, o hasta te hacen perfiles falsos en redes sociales para confundir a los demás con ideas y mensajes ofensivos e intransigentes. Y encima, existen medios afines que lo refuerzan y hacen de altavoz o correa de transmisión.

El Gobierno dispuso la semana pasada de 15 millones de euros para las televisiones privadas. Perfecto. Pero esa buena noticia a priori puede estar cargada de sumisión y cese de la libertad. Estamos viviendo un fenómeno histórico de registros en televisión, digitales y radios. El papel ya ni en el bar, porque ya ni está abierto. De aquí hay que sacar a la luz la paradoja de las grandes audiencias y la caída de la publicidad sin embargo.

El resto de medios también necesitan un plan de rescate, o en unos meses veremos cerrar periódicos locales y provinciales como naipes en forma de castillo. La sociedad y el mercado exigen el buen momento de seguimiento del formato en red. Pero el plan para los medios regionales y locales no aparece, no existe. Hay quien piensa que los Gobiernos a distintos niveles quieren «limpiar» el panorama mediático, para in extremis sacar ayudas para los afines en un ámbito provincial y local que nunca la ultraizquierda ha controlado hasta ahora, salvo un par de periódicos digitales nacionales por todos conocidos.

Una encrucijada para un nuevo modelo donde la libertad total, no sólo de expresión, está en peligro. Empresas medianas y pequeñas, cambio de audiencias, ocasión publicitaria y totalitaria para los que saben remar en aguas turbulentas más allá del PP y el PSOE.

Para ABC

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