Lucha contra el fraude a los consumidores, la propia economía y los fabricantes. Representantes nacionales de marcas internacionalmente conocidas denunciaron días atrás la venta indiscriminada de productos falsificados, sin ningún tipo de control ni cortapisa, en el mercado callejero de la capital del Bierzo con el consiguiente perjuicio económico y de imagen de calidad para esas firmas.
La Policía local de Ponferrada, en un dispositivo preparado al efecto, el pasado miércoles, decomisó 762 bolsos, prendas y objetos de puestos que incluso tenían falsificadas etiquetas de grandes almacenes argumentando que “eran restos de temporada y saldos adquiridos en lotes por los vendedores”. En la inspección participó el Perito de REACT en España, empresa que representa a diferentes firmas comerciales, para perseguir el pirateo de sus marcas y productos. Se identificó además a siete personas -tres mujeres y cuatro hombre- titulares de los puestos, que pasan a ser investigados como presuntos responsables de un delito contra la propiedad industrial.
Todos los artículos decomisados y las diligencias instruidas al efecto han sido puestos a disposición del Juzgado de Guardia de Ponferrada. La Policía Municipal agradece la colaboración ciudadana. Esta intervención se produce después de comprobar que habían hecho caso omiso a la información que se les pasó a todos los responsables de los puestos del mercado, sobre la responsabilidad penal en la que pueden incurrir si venden este tipo de productos.
Según un informe de la Agencia Tributaria publicado meses atrás, “en España las falsificaciones en productos textiles y complementos suponen un tercio de las ventas en puestos y mercados ambulantes, lo que supone un fraude directo para el erario público cercano a los 800 millones de euros anuales”. Esta economía sumergida se vería incrementada en su cuantía defraudada o que escapa al control del fisco por las declaraciones de ventas que realizan en calidad de autónomos muchos de estos establecimientos.
Además, con la crisis económica se han disparado las ventas de las falsificaciones. La mayoría de estos productos son fabricados en países asiáticos que posteriormente son distribuidos en polígonos industriales a modo de almacenes donde los pequeños vendedores compran lotes al por mayor en clanes familiares dedicados al mercado ambulante.