Después de dos años sin poder celebrarse por la pandemia del COVID-19, este domingo, Caboalles de Abajo ha cumplido con la tradicional procesión de Ramos. El Cristo de los Mineros fue trasladado a hombros, por varios cofrades, desde la capilla del Cristo a la iglesia nueva de la localidad.
Durante la procesión, el Cristo estuvo escoltado por miembros de la banda de cornetas y tambores de la Cofradía del Cristo de los Mineros, el coro parroquial y muchos feligreses. A su llegada a la iglesia nueva, toque de sirena en el Pozo María para dar la bienvenida a la talla religiosa, que data del siglo XVIII.
En la iglesia permanecerá hasta el Viernes Santo, día en el que, como es tradición desde 1971, se celebrará la procesión a partir de las 20:30 horas. Y este año con algunos cambios, ya que el recorrido se ha acortado. Además, con motivo del cincuenta aniversario de la Cofradía del Cristo de los Mineros, -que se cumplió hace dos años- la banda de cornetas y tambores estrena estandarte. Porque, sin duda, la procesión del Cristo de los Mineros es el acto más emotivo y esperado de cada Semana Santa lacianiega.